La asociación sigue creciendo y en su evolución mantiene un espíritu constructivo y de empoderamiento.
Uno de los fines de ADAB, es valorar a las mujeres y como nosotras nos valoramos mucho, hemos creado este espacio íntimo fruto de la creciente necesidad de personas que requieren especial atención.
¿Quiénes son esas personas?
Aquellas que deciden sentirse bien a pesar de las circunstancias, que sienten que se puede cambiar, mejorar. Que nos podemos salvar de una marea social que nos inunda de problemas, unas veces propios y otras de nuestro entorno.
Sentirnos partícipes de un grupo social nos empuja hacia adelante, sin miedo, con capacidad de superación.
Juntas somos más fuertes y más felices.