Cualquier persona está expuesta a sufrir una enfermedad, aunque el factor ambiental es determinante. Todo el mundo puede experimentar emociones de tristeza, ansiedad, etc., aunque sólo se considera trastorno mental cuando se prolongan en el tiempo y provocan un malestar tan grande que conlleva al deterioro laboral, social, o de otras áreas de la actividad de la persona.
Desde ADAB siempre hemos visto los trastornos mentales como una enfermedad más, puesto que es algo de lo más común: esta sociedad produce personas neuróticas, hay que asumirlo. Ahora por fin, incluso sale un anuncio en la tele donde gente famosa confiesa haber necesitado terapia. Está genial la desestigmatización.
Con la pandemia y el confinamiento saltaron todas las alarmas: el número de personas que no podían gestionar su malestar psíquico se disparó. Estuvimos atendiendo y acompañando sobre todo a mujeres con agorafobia, ansiedad, insomnio, fobia social, etc.
Ya habíamos trabajado en centros de salud mental, y también con mujeres y niñas que padecían secuelas después de vivir situaciones de maltrato y abusos. Ahora nos estamos centrando en el SAD (síndrome de amar demasiado).
La cuestión está en el darse cuenta, en poder verbalizarlo para sacarlo fuera y buscar soluciones. Así que mucho ánimo, y si sientes que tu problema, trastorno o perturbación te impide llevar una vida plena, busca ayuda, porque lo más honesto es reconocer que algo pasa que te impide ser feliz. Luego la humildad de reconocer que necesitas ayuda, y la valentía de salir a buscarla.
Hay veces que situaciones muy dolorosas, o traumáticas, causan serios daños en la psique humana. Daños que tardan en repararse, a veces producidos por alteraciones en el cerebro, por factores ambientales, lesiones cerebrales, consumo de substancias tóxicas. Algunas heridas no acaban de cerrar bien y resulta que hay que aprender a vivir con ellas…. El acompañamiento de una persona profesional te ayudará a comprender y gestionar la enfermedad.
Existen muchos tipos de trastornos mentales, y pueden curarse o controlarse con un tratamiento adecuado:
- Del estado de ánimo, que afectan a las emociones y alteran el humor, como el trastorno bipolar, o el trastorno depresivo.
- De ansiedad, donde predomina el miedo, la inseguridad, como el TOC (trastorno obsesivo-compulsivo), las fobias, el estrés post-traumático.
- Adicciones, problemas asociados al abuso de alcohol, drogas legales o ilegales, SAD (adicción a las relaciones, dependencia emocional) que suelen comportar un deterioro físico importante.
- Psicóticos, trastornos de distorsión de la realidad, como delirios, esquizofrenia.
- De personalidad, como el trastorno de personalidad narcisista, TLP (trastorno límite de personalidad), trastorno antisocial.
- Otros: trastornos del desarrollo, sexuales, de la alimentación, somatomorfos, de comportamiento, disociativos, déficit de atención, etc.
Podemos cuidar la manera de hablar sobre los trastornos mentales y las personas que los padecen, normalizar el trato con ellas, y tener información sobre el tema para evitar mitos y creencias erróneas.
Resumen, opiniones y valoración de “Mujeres que Aman Demasiado”