Vida saludable

Acompañamiento en el duelo

El dolor es inevitable ante la pérdida

¿Qué es el duelo?

El duelo es la respuesta emocional que tenemos ante la experiencia de una pérdida,  una ausencia, una muerte o un abandono. Ocurre también cuando tenemos otras pérdidas:  casa,  trabajo, salud…

Afrontar un duelo requiere tiempo y supone  experimentar una montaña rusa de emociones para la persona doliente y aquellas que están a su alrededor. Cada persona afronta la pérdida de una manera diferente.

La persona que acaba de perder a un ser querido puede  enfrentarse a una situación límite en la que la puede sufrir una crisis de valores y de identidad, de sentido de la vida, siendo más probable tras muertes traumáticas o inesperadas. La persona que sobrevive tiene que aceptar la muerte del ser querido y aprender a gestionar la angustia de la pérdida, pudiendo aparecer una sensación de vacío en relación a aquellas tareas que se compartían, o de las que se encargaba la otra persona.

Aparece el temor al olvido, necesitando la persona doliente reformular el sentido del recuerdo, incurriendo en contradicciones en relación a su deseo de estar a solas y su deseo de estar acompañada. Es importante encuadrar estas situaciones dentro del contexto del duelo, sin tomarlas como algo personal.

Involucrarnos en el duelo de otra persona puede remover aspectos propios no resueltos o suponer un desgaste emocional. Hay que estar conectada con una misma y gestionar el nivel de implicación.

El dolor es natural, necesario para vivir y seguir aprendiendo. Está presente lo queramos o no.

Durante nuestra vida pasamos por momentos difíciles, y de duelo. Depende de nosotras transformarlos en sabiduría o en amargura. Buda afirmaba que «el dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional», porque podemos ahorrarnos el sufrir de más, aceptando nuestro dolor, dándole espacio, validándolo, responsabilizándonos de él, y soltándolo al final.

Cómo acompañar en las diversas etapas

El duelo es proporcional a la pérdida que tuvimos, y pasa por cinco fases: la negación, la ira, la negociación, la depresión y la aceptación, que tienen lugar en mayor o menor grado. Durante este proceso es primordial el acompañamiento de familiares y amigos para que la persona en duelo sienta que tiene un espacio donde puede ser escuchada.

Para abordar el acompañamiento en el duelo tenemos que estar dispuestas a compartir con esa persona las emociones y creencias que aparezcan, sin juicios ni recomendaciones.

Mirar a la persona, acercarnos desde la curiosidad, la empatía y el respeto, para que se sienta escuchada y segura, facilitando  que entre en contacto con sus emociones y ponga palabras a lo que le ocurre.

Estar ahí, brindando apoyo emocional y físico, conteniendo, sosteniendo y consolando. También, que seamos capaces de preguntar por aspectos prácticos, sin anticiparnos a la forma de afrontamiento de la persona en duelo.

Observar el sufrimiento de la otra persona,  empatizar para que no lo transite sola, permitiendo la expresión emocional, proporcionando ayuda en aspectos concretos, favoreciendo los recuerdos de la persona fallecida, y ayudando a que la persona doliente tome decisiones y adquiera, a su ritmo, una postura activa como protagonista de su vida.

ACOMPAÑAMIENTO EN LA NEGACIÓN

La escucha y la comunicación abierta serán dos herramientas claves en el acompañamiento de esta etapa.

Se caracteriza por un estado inicial de shock que busca sobrellevar el impacto de la noticia. Es primordial que la familia de un espacio de comunicación abierto en donde expresar sentimientos sin temor. Habla abierta y honestamente sobre cómo te sientes,  dispuesta a estar presente cuando te  necesite, y expresa que vas a acompañarla  sin recriminaciones. Una persona en duelo puede gritar, obsesionarse,  llorar durante horas. Estas reacciones son normales y  no debes juzgarlas ni presionar para acelerar el proceso.

ACOMPAÑAMIENTO EN LA IRA

Durante esta fase, la persona doliente expresa una gran irritabilidad. Debajo de esta ira están el dolor y el  sentimiento de abandono. Es importante que tanto la familia como los amigos respeten este momento de furia, brindándole espacio  para que pueda descargar su ira e impotencia. Está bien llorar o enojarse, son sentimientos temporales que atravesar para progresar en el proceso de curación. Paciencia frente a estas reacciones,  pues pueden causar tensión en el seno familiar.

ACOMPAÑAMIENTO EN LA NEGOCIACIÓN

En esta fase se debe dejar que la persona doliente se haga todas las preguntas que crea necesarias. Si bien es doloroso percibir cómo nuestro ser querido sufre diseñando diversas hipótesis sobre cómo hubiera podido evitar esta muerte,  no  hay que intervenir, en el proceso. Experimentar estos sentimientos y preguntas ya la acercarán a la aceptación de la realidad de la pérdida. Las personas en duelo suelen relatar una y otra vez cómo ha sucedido esta muerte. Paciencia frente a la repetición de la historia, pues es una manera de ir hacia la aceptación.

ACOMPAÑAMIENTO EN LA DEPRESIÓN

Esta fase  brinda un espacio en donde la persona doliente se encuentra con un intenso dolor, comenzando a centrar la mirada en el presente y observando el gran vacío que ha sufrido.

Es una respuesta normal y temporal frente a una pérdida,  expresará su dolor, por lo que es importante que te mantengas en la escucha y la contención, respetando sus momentos de soledad.

ACOMPAÑAMIENTO EN LA ACEPTACIÓN

Esta última fase permite a familiares y amigas acompañar y estimular el acercamiento de la persona doliente hacia nuevas relaciones sociales y actividades.

Se acepta la realidad de la pérdida física de su ser querido, aprendiendo a convivir con ella y aceptando que la vida ya no volverá a ser como antes.

Habrá que estimularla para que dedique tiempo en amistades y nuevas actividades, sin presionarla para socializar o volver a trabajar si aún no se siente preparada.

La clave en el acompañamiento de cada una de estas fases será respetar los sentimientos de la persona doliente. La única manera de aceptar la realidad de la pérdida es ahondando en las emociones que genera y encontrando a través de ellas un nuevo sentido a la vida.

SI tienes dificultad en alguna de estas cuestiones, contacta,  podemos ofrecerte acompañamiento en tu proceso.

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