El amor romántico y la limerencia
Del enamoramiento a lo patológico va un solo paso
¿Estás enamorada, la pasión te atrapa o sientes que estás loca de amor? Si dudas, tal vez seas una mujer que ama demasiado y sufras de limerencia.
Del enamoramiento a lo patológico va un solo paso, que es ver más al otro que a una misma. Tan sencillo y tan complicado a la vez.
La limerencia es un estado en el que el sufrimiento por amor está causando problemas en tu día a día y no te permite llevar una vida con normalidad. El sufrimiento sustituye a lo que sería un estado de plenitud por hallarte en una relación de pareja en la que te sientes feliz.
¿Te has preguntado alguna vez por qué te sucede esto? ¿Crees que no eres capaz de vivir sin pareja? ¿Sabes por qué aparecen las fantasías?
Cuando eras niña tal vez te creíste los cuentos de príncipes y amores imposibles, que causaban en ti emociones intensas con un caballero montado a caballo.
Tal vez creíste que para poder vivir necesitabas un complemento para sentirte plena, una media naranja, un alma gemela, un príncipe azul que te salve porque sin él no eres nada.
Fantaseas con la idealización de una pareja, algo lejano, difícil de alcanzar y que despierta en ti deseos que cada vez invaden más tu espacio mental, y sientes que estás en un bucle del que no puedes salir.
Si tienes síntomas físicos, como el rubor, palpitaciones, no tienes hambre, tampoco duermes y no puedes parar de pensar en esa persona, es que algo patológico empieza a sucederte.
Fíjate como siempre nos han enseñado que esos síntomas son a causa del amor, le llamamos enamoramiento y en realidad es sufrimiento. El amor no hace sufrir, el amor te da felicidad.
Confundimos el enamoramiento con la obsesión, algo que se nos escapa a la voluntad, hasta con personas con las que tenemos una buena amistad.
Si eres sincera contigo misma, te darás cuenta que tienes un trastorno obsesivo. Si contribuye a la ansiedad o a la depresión, puede perjudicar la salud mental. Hay que buscar ayuda psicológica, entonces, porque: ¿Cómo crees que puedes solucionar este “sin vivir»? ¿Qué le dirías a una persona que hace cosas que son perjudiciales para ella?
Para responder a estas preguntas tienes que ser consciente de algo, y ese algo se llama adicción. Lo sé, es duro reconocer que tienes un problema, pero más duro aún es no hacer nada por solucionarlo, y seguir en un infierno de vida en la que te falta el aire para respirar.
Y, ¿Cómo es posible que seas adicta? Porque el miedo a no poder estar con tu pareja se apodera de ti, le cuidas de forma intrusiva al punto de obsesionarte por su bienestar, y su ausencia te angustia. Dejas de ser tú misma, y actúas según sus gustos, te muestras tímida y te bloqueas, siendo incapaz de mostrarte tal como eres, ni de exponer tus criterios.
A menudo, el estado de limerencia desaparece cuando eres correspondida y si esto no es así, lo mejor es que te alejes de forma definitiva.
Así que, si tu pregunta es por qué le amas tanto, pregúntate cuánto así te amas a ti y que estás dispuesta a hacer para tu propio bienestar. Deja de preocuparte por no fallarle y no te falles a ti misma.
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