La relajación progresiva
A principios del siglo pasado, Edmund Jacobson creó un método de relajación al que puso el nombre de «relajación progresiva».
Vivimos en un mundo tan acelerado y con tanta presión, que se generan pautas de vida muy estresantes. Nos queda poco tiempo para el cuidado de nuestro cuerpo y nuestra mente, y nuestra calidad de vida se ve perjudicada al no atendernos lo suficiente.
El estrés es la base de numerosas enfermedades y trastornos físicos y psíquicos. Hay estrés causado por el trabajo, por el ambiente familiar, por nuestras relaciones sociales, por nuestras propias exigencias…
La práctica de la relajación es ahora más importante que nunca, y se utiliza cada vez más en diferentes contextos: en el lugar de trabajo, en hospitales, en educación… La medicina tradicional también está apoyando este tipo de técnicas como complemento de los fármacos.
A principios del siglo pasado, Edmund Jacobson creó un método de relajación al que puso el nombre de «relajación progresiva». En sus investigaciones descubrió que tensando y destensando sistemáticamente los distintos grupos musculares del cuerpo, las personas eliminaban casi por completo las contracturas, y experimentaban sensaciones placenteras a consecuencia de la relajación muscular producida gracias a ese trabajo de «tensión/distensión».
Si conseguimos relajar nuestro cuerpo, conseguimos también relajar nuestra mente, puesto que cuerpo y mente forman parte de una misma unidad.
Jacobson estuvo realizando esas investigaciones entre los años 30 y 60, en el laboratorio de fisiología de Chicago, y observó una gran mejoría en las personas que padecían molestias o dolores fuertes a consecuencia de las tensiones acumuladas.
Beneficios comprobados de la relajación:
– Reducción del insomnio
– Reducción de la hipertensión
– Reducción del colesterol e incremento del nivel de leucocitos
– Reducción de la ansiedad y de los dolores musculares
– Prevención de cefaleas y migrañas