Los ejercicios de meditación, en cualquiera de sus formas, son un trabajo interior necesario para equilibrar nuestra vida.
No hemos sido educados para conectar con nuestro interior, y nos hemos acostumbrado a buscar soluciones a través del pensamiento. Sin embargo, nuestra realidad interna no podemos descubrirla mediante el pensamiento. Necesitamos otra capacidad distinta a la de razonar, una capacidad distinta que nos permite adentrarnos, ahondar, descubrir cosas nuevas, una capacidad especial que es la «atención sostenida» en el aquí y ahora. Cuando «miramos» manteniendo esa atención sostenida, se produce un fenómeno extraordinario: la mente adquiere la capacidad de entrar adentro de la cosa que mira, la capacidad de penetrar, y ésa es una de las diferencias entre mirar y pensar.
Las personas que empiezan a meditar, tras un período más o menos largo de adiestramiento, dicen que tienen más capacidad para regular sus emociones y su estrés, y mayor grado de bienestar y serenidad.
Los monjes budistas, con miles de horas de meditación a sus espaldas, han permitido a los científicos constatar los cambios que la meditación produce en el cerebro, puesto que han sido medidos con técnicas de imagen, como la resonancia magnética funcional y más recientemente, la magnetoencefalografía (que mide la actividad en distintas zonas durante un tiempo).
Fuentes:
– «El trabajo interior» Técnicas de meditación, de Antonio Blay
– Artículo de El Mundo, Neurociencia, «Meditación para calmar la mente»
J.P.R.
Vídeo Meditación de la sonrisa interior
Meditaciones para estar presente
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