Recursos para materializar deseos
Recursos para materializar deseos, evolucionar, transformarse, tener visión, confianza, ganas de trascender, un compromiso contigo misma para relativizar los obstáculos, y co-crear junto con la Inteligencia Creadora:
- Elegir pensamientos positivos
- Permitirte abrir el corazón y expresar tus emociones
- Centrarte en lo que puedes dar
- Aprender a respetarte a ti misma y a los demás
- Soltar temores, prejuicios, obsesiones, compulsiones
- Comprometerte con la vida, viviendo con pasión
- Confiar en ti, en los demás, en la vida, y mostrar agradecimiento
Todo ello te ayudará a dejar atrás lo que te impide sacar la mejor versión de ti misma, y entrarás en un terreno desconocido, lleno de oportunidades, donde mora la Sabiduría de la Incertidumbre.
También podemos crear un plan de acción, que nazca de nuestra mente siguiendo al corazón. O que provenga directamente de nuestra alma…
Se dice que lo semejante atrae a lo semejante, que nos convertimos en lo que pensamos. Si somos capaces de ver lo que queremos en nuestra mente, y estamos alineadas, ayudaremos a crear mayor bienestar. Emitiremos ondas y frecuencias adecuadas, y nuestros pensamientos se materializarán.
- Decide lo que quieres: especifica, concreta, márcate un objetivo y un tiempo para conseguirlo, con pequeñas metas a celebrar, enfocándote en tus deseos
- Planifica, visualiza y recrea la sensación de tener ya lo que quieres
- Suelta cualquier pensamiento negativo de duda o inseguridad
- Cree firmemente que alcanzarás lo que deseas
- Escribe tus deseos y objetivos: haz un mapa de ruta, con imágenes, fotos, frases de motivación, lo que sea que te ayude a que se materialice, y tu subconsciente se ponga en marcha para conseguirlo
- Medita, ve hacia tu sueño y disfruta del camino
- Ilusiónate: el entusiasmo nos motiva y aumenta nuestra energía
Imagina la mejor de las realidades y no pongas límites. Hazlo con fe, sé constante y acabará sucediendo, si perseveras. Abre tu corazón, abre tu pensamiento y tu vida se abrirá ante ti, encontrando cuál es tu propósito de vida. Relaciónate contigo y con las demás desde el corazón y la conciencia.
TENGAMOS RELACIONES CONSCIENTES
Tener relaciones sanas con el otro exige conocerse y tomar conciencia de los cuatro aspectos del ser humano: el físico, el mental, el emocional y el espiritual. Cultivar la presencia, la atención plena, es el requisito para relaciones auténticas. Y recordar nuestra unidad con todos los seres vivos, y con la Fuente.
Entrar en nuestro cuerpo no es fácil, ya que solemos estar más en lo mental o en la emoción. Para ello hay que ponerle toda la atención al cuerpo, que siempre dice la verdad, mientras que la mente nos lleva a lugares muy desconectados de lo que sucede en el momento presente. Muchas veces no escuchamos lo que nos dice nuestro cuerpo, pero es necesario aprender a cuidarlo y a entender lo que expresa el alma a través de él.
Para conectar con el cuerpo y desarrollar la receptividad y la sensibilidad, hay diversas técnicas, ejercicios, yoga, respiración, masajes, respiración consciente, danza, biodanza, bioenergética… Cada persona puede encontrar las herramientas que le ayuden a disolver la coraza corporal, para poder abrirse a las demás, para conocerse en profundidad, crecer, evolucionar, transformarse…
La urgencia de la transformación
«Cuando una forma individual de vida, o una especie, se enfrenta a una crisis radical, cuando el antiguo modo de estar en el mundo, de interactuar con los demás y con el reino de la naturaleza ya no funciona, cuando la supervivencia se ve amenazada por problemas que parecen insuperables, o bien muere o se extingue, o bien se alza por encima de las limitaciones de su condición mediante un salto evolutivo.»
Eckhart Tolle
La humanidad se encuentra en una disyuntiva: evolucionar o morir…
Experimentamos la descomposición de los viejos patrones mentales del ego, y la emergencia de una nueva dimensión de conciencia. Urge ir más allá del ego, hacia la verdadera identidad.
Tenemos información sobre la trascendencia del pensamiento, la capacidad de elevarse por encima de él, y hacer realidad una dimensión dentro de ti misma mucho más vasta que el pensamiento. La física cuántica nos da muchas pistas sobre nuestro potencial y nuestras posibilidades.
Es importante dejar de identificarte de tu sentido de quién eres, de la forma, del incesante flujo de pensamientos sobre lo que crees que eres. Darte cuenta de que no somos “esa voz en la cabeza”. Y entonces ¿quién soy? La conciencia que es anterior al pensamiento, el espacio en el que tiene lugar el pensamiento, la emoción o la percepción sensorial. El Ser se siente, no se piensa.
Si sufres una pérdida trágica puedes resistir, o puedes rendirte. Rendirse significa la aceptación de lo que es. Estás abierto a la vida. La resistencia es una contracción interior, un endurecimiento. Cualquier acción que emprendas en ese estado creará más resistencia en el exterior. Si cedes, se abre una nueva dimensión de conciencia, el universo estará de tu parte y la vida te ayudará. Cuando la acción es posible o necesaria, estará en consonancia con todo: las circunstancias y la gente se vuelven amables, todo fluye, ocurren coincidencias. Si no es posible la acción, descansa en la quietud interior que llega con la rendición.
No reaccionar al ego de los otros
Es una de las fórmulas más eficaces de superar el nuestro, y también de disolver el ego colectivo. Puedes estar en un estado de no reacción reconociendo que tu conducta o la de alguien viene del ego. Cuando te das cuenta de que no es algo personal, dejas de reaccionar como si lo fuera. Otra fórmula para la no reacción es el perdón, pasar por alto, ver más allá del ego.
Cuando el ego está en lucha, no es más que una ilusión. Esa ilusión cree que eres tú. Al principio cuesta estar ahí como la Presencia testigo, observando. Sobre todo si estamos en modo supervivencia o se ha activado algún patrón emocional del pasado. Pero en cuanto has tenido ocasión de probarlo, el poder de tu presencia crecerá y el ego se aflojará. Sentirás un poder mucho más grande que el ego y que la mente.
Lo primero para liberarse del ego es tener conciencia de él, porque la conciencia y el ego son incompatibles.
“En la luz de la conciencia van y vienen las percepciones, vivencias, experiencias, pensamientos y sentimientos… ese es el Ser, el yo auténtico y profundo” Cuando lo reconozco, lo que ocurre en mi vida ya no tiene importancia absoluta, solo relativa. Lo acepto, pero pierde su seriedad, su peso. ¿Puedo sentir en todo momento mi Ser esencial, el Yo soy? ¿Puedo sentir el Yo Soy que soy yo en este momento? ¿Sentir mi esencia como la conciencia misma? ¿O me pierdo en lo que ocurre, en la mente, en el mundo?»
A veces el dolor nos hace ahondar en nuestro ser, con un noble propósito: la evolución de la conciencia y la disolución del ego. Parece ser que la resistencia al dolor crea más ego, el crecimiento puede ser doloroso. Pero en medio del sufrimiento consciente está la transmutación.
“Ten serenidad para aceptar las cosas que no puedes cambiar,
valor para cambiar aquellas cosas que puedes,
y sabiduría para reconocer la diferencia”