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Tipos de apego emocional

Características de los cuatro tipos de apego

¿Qué es el apego emocional?

El apego es el vínculo afectivo que se establece desde los primeros momentos momentos de vida entre la madre (o persona cuidadora) y el bebé, proporcionándole nutrición, seguridad y protección.

El ser humano necesita del apego para sobrevivir. Sobre todo del apego seguro.

Jhon Bowlby investigó sobre el apego y lo definió como la conexión duradera entre los seres humanos.

Hay distintos tipos de apego, y determinan la forma en la que nos relacionamos con los demás, desde la elección de nuestra pareja a cómo van a ser nuestras relaciones (amistosas, de trabajo…)

Reconocer nuestro estilo de apego puede ayudarnos a comprender cómo nos vinculamos, a tomar conciencia de si necesitamos transformar la forma que tenemos de vincularnos.

Según el grado de madurez de la madre/cuidadora, de su presencia amorosa, de su capacidad de tolerar el dolor, de pensar, de conectarse, de prever y de proveer,  así será su capacidad de ser el sostén físico y emocional del bebé. En esa primera etapa (y hasta los 3 años) es cuando se crea el vínculo, el apego, que será sano o insano, dependiendo de si genera un sufrimiento prolongado o intenso.

Tipos de apego

Tenemos el apego seguro y apego inseguro. El apego inseguro puede ser de tres tipos: apego ansioso o ambivalente, apego evitativo y apego desorganizado.

Apego seguro

El apego seguro es el más saludable. Más o menos la mitad de la población tiene este estilo de apego. Se da cuando el bebé siente la incondicionalidad por parte de sus cuidadores, que le proporcionan seguridad estableciendo una comunicación y un contacto fiable, previsible, de confianza.

Al desarrollarse la confianza en los demás de forma correcta, la persona adulta con apego seguro manifiesta un comportamiento activo,  no le cuesta demostrar cariño a su pareja, le gusta la cercanía y tranquilamente puede aumentar el grado de compromiso. Puede establecer relaciones sanas.

Los tres apegos inseguros

El apego ansioso o ambivalente es creado cuando el bebé no confía en sus cuidadores. Hay sentimientos contrapuestos, que provocan mucha angustia. Según la teoría del apego, es el resultado de la falta de calidez y capacidad de respuesta afectiva por parte de los cuidadores en la infancia.

También puede ser causado  por el abuso emocional en las relaciones posteriores a la infancia.

Se caracteriza por una necesidad de contacto en el vínculo. Los padres expresaban afecto pero eran poco predecibles en sus acciones, y eso hace que la persona priorice las sensaciones corporales.

En personas adultas este apego provoca una sensación de temor a que su pareja no las quiera de verdad.

Apego evitativo

Ocurre cuando la figura representativa no ha sido sensible a las necesidades del bebé, en afecto y/o en protección.  El sufrimiento que ello provoca se refleja en que el bebé no llora cuando lo separas de sus progenitores, o evitará el contacto cercano.

El bebé no asocia a la figura representativa como algo que le dé seguridad o bienestar, ni algo que cubra sus necesidades específicas, por lo que no buscará ni atención ni protección de los cuidadores. Algo más mayores asumirán que no pueden contar nada a sus cuidadores.

En adultos dará dificultades en las relaciones, y sentimientos de rechazo frente a intimidad con otras personas.

El apego inseguro evitativo surge ante un estilo educativo negligente.

Apego desorganizado

Esta variante de apego inseguro es una mezcla entre apego evitativo y ansioso ambivalente, siendo más infrecuente. El bebé crece en un entorno disruptivo o de maltrato, que le provoca un gran desequilibrio, recibiendo estímulos negativos y positivos, produciéndose una contradicción en la previsión de sus cuidados.

La ausencia parental se percibe como algo negativo, pues no se cubren las necesidades esperadas, pero también como un consuelo, si ésta le proporciona estímulos negativos en su presencia. El acercamiento de la figura de referencia suele ser vivido con miedo así que el bebé no buscará esta cercanía, produciéndose una evitación.

Para sufrir menos a la hora de relacionarte y vincularte con los demás, construyendo relaciones con un apego seguro, primero hemos de ser conscientes de que en una buena relación sientes tranquilidad, seguridad y estabilidad.

Si alguna conducta en la otra persona te genera sufrimiento o hay maltrato emocional, puede ser porque el tipo de apego es inseguro, así que lo mejor es buscar una terapia que te ayude a vincularte de una manera más sana.

¿Cómo sanar el apego inseguro?

Hay un trabajo experiencial de automaternar a ese bebé que fuiste, que necesitó el consuelo y la atención que todas las criaturas merecen sólo por el hecho de nacer a este mundo. A partir de esa experiencia donde te das todo el amor incondicional, toda la seguridad y protección que te faltó en su momento, te conviertes en la persona responsable de atender para siempre a tu niñ@ intern@

Reforzar la autoestima, como siempre decimos, es esencial para vincularnos de adultas de una manera equilibrada, construyendo relaciones igualitarias, con apego seguro.

Reevaluar y reestructurar las figurar paternales, llegando al perdón es importante para sanar el apego inseguro.

Otras claves son: tener objetivos propios y definidos, practicar la asertividad, la independencia emocional, la no posesividad, la no adicción. Así podrás lograr relaciones sanas.

Si crees que la meditación y la terapia te ayudarán a conseguir un apego seguro, contacta.

 

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