Vida saludable

El aspecto emocional y mental en la salud

 

EL ASPECTO EMOCIONAL Y MENTAL EN LA SALUD

A veces expresamos las emociones de forma desordenada, sin saber qué pensamientos las activan. La mente crea historias y fantasías, y expresamos emociones desvinculadas con el cuerpo. El no estar conectados con nuestra corporeidad hace que sobredimensionemos problemas cotidianos, alejándonos del momento presente. Por tanto, es básico buscar formas de canalizar las emociones de forma creativa y observar nuestros pensamientos con valentía y presencia.

AUTO-RESPONSABILIDAD

Parto del convencimiento de que somos responsables en gran medida de nuestra propia salud. Es mi vivencia personal, mi experiencia al haber padecido desde la infancia y la juventud varias depresiones, por diferentes duelos no realizados en su momento, y que se fueron acumulando hasta que un detonante las hizo estallar en la edad adulta. Pude superarla con algún fármaco, terapia humanista, y años de trabajo personal y corporal. Cada vez me conozco más y sé que mi tendencia es la tristeza, que escondo tras la rabia. Así que me tocó aprender a no huir de ellas, a reconocerlas e intentar canalizarlas lo mejor posible, sin taparlas, ni dejar que me arrastren. Sosteniéndolas un rato, intentar entender el mensaje que me traen y luego pasar a otra cosa.

Creo que es de vital importancia explorar todas las herramientas que nos puedan ayudar en los procesos curativos, que hay tantas maneras de obtener la salud perdida, o que puedan influir en la mejora de la calidad de vida de cada persona, que no hay una única vía de sanación.  Aunque pienso que casi todas ellas pasan por ampliar la conciencia.

Creo que es de vital importancia explorar todas las herramientas que puedan ayudarnos en los procesos curativos, o que influyan positivamente en la mejora de los pacientes.

SALUD Y RELACIONES CONSCIENTES

Tener relaciones sanas con el otro implica conocerse a uno mismo, tomando consciencia de los cuatro aspectos del ser humano: el físico, el emocional, el mental y el espiritual. Todos están entrelazados e inciden unos en los otros, ya que lo que pensamos (lo mental) incide en lo físico, en lo emocional, y en lo espiritual; así como lo que sentimos nos afecta físicamente y psíquicamente. Y además todo es energía.

EL DARSE CUENTA

A menudo estamos tan metidas en la emoción o en lo mental, que nos olvidamos del cuerpo. Es importante cuidarlo, escucharlo, hacer un ejercicio que nos guste y nos vaya bien.  Para mí es básico practicar yoga, donde estás pendiente de sincronizar el movimiento y la respiración, y de ser más consciente de las emociones desde el cuerpo, que no engaña, mientras que la mente nos lleva a lugares desconectados del tiempo presente, construyendo historias fantásticas que muchas veces tienen poco que ver con la realidad.

Los masajes son otra herramienta que predispone al cuerpo a una buena escucha, y ayudan a desarrollar la receptividad y la sensibilidad.

Con la respiración consciente podemos subir el nivel energético y canalizar nuestras emociones sin drama y de forma ecológica.

A través de propuestas como Bioenergética, Yoga, Danza Consciente, Biodanza, Centros de Energía, Arteterapia, etc. podemos ir disolviendo la coraza corporal que nos mantiene cerradas a los demás, sensibilizándonos para abrir nuestro corazón a la vida y a una comunicación más afectiva y efectiva con nosotras mismas y con las otras, más amable, desarrollando una buena autoestima corporal al soltar y liberar la carga de rabia y tristeza del cuerpo.

PROPUESTA

Estoy convencida de que en los centros de salud  se podrían impartir regularmente este tipo de actividades, que influirían en la mejora de personas que padecen transtornos  y enfermedades como depresión, ansiedad, fibromialgia, y otras muchas. Mi experiencia impartiendo estas clases en dos centros de salud diferentes ha sido muy positiva: algunas usuarias hablaban de cómo en la clase se olvidaban de su «estigmatización» y se sentían a gusto, recuperando energía y vida.

En los centros de educación primaria y secundaria, también tengo el convencimiento de que llevar estos aprendizajes sería muy beneficioso para todas las alumnas, además de proporcionar a docentes y estudiantes unas experiencias que estimulan el autoconocimiento, la interrelación cuerpo/mente, el aprendizaje de la «ecología emocional», etc. En mi humilde opinión, y según lo que he vivido,  pienso que todas estas herramientas son imprescindibles para adaptarnos a los cambios que la vida nos prepara, y para aprender a proyectar una vida plena, llena de sentido, más conectadas con el bienestar general y con nuestra propia evolución.

Es mi enfoque personal:  trabajar para construir una sociedad más saludable, más humana, más amable.

J.P.R.

¿Qué son las emociones y para qué sirven?

 

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